Seleccionar página

Gabriel García Márquez dice: “cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre”.

Hace cuarenta años que apreté tu dedo por primera vez, mi abuelo, mi maestro, mi guía. Siento tu energía conmigo, siempre. Hablo con La Luna y junto a ella me pregunto en muchas ocasiones: ¿Qué pensaría mi abuelo de esta situación? ¿Cómo actuaría mi abuelo ahora? Siempre presente en mi vida.

Tú me decías que la sabiduría se adquiere con los años. Ahora, a mis 40 años soy más sabia no sólo por la edad sino por las experiencias vividas. Tú muerte fue una de ellas.  Veo en mí muchas cosas de ti. Tomar conciencia de nuestra fugaz estancia en este mundo es como despertar a la realidad misma de la vida. Al nacer, se nos otorga el don del tiempo, un regalo misterioso que fluye con su propia cadencia. Sabemos cuándo llegamos a este mundo, pero el misterio reside en el momento de nuestra partida. Este viaje efímero, cada día cobra un valor incalculable al ser único e irrepetible. Reconocer que la vida es una colección de instantes preciosos me impulsa a abrazar cada amanecer con gratitud y a enfrentar cada puesta de sol con serenidad. En medio de la incertidumbre del mañana, encuentro la belleza de vivir plenamente el hoy.

En este 12 de agosto, en el día que marcaría otro año de tu vida, querido abuelo, te recuerdo con amor y gratitud. Aunque ya no estés físicamente entre nosotros, tu legado perdura en cada uno de nosotros que tuvimos el privilegio de conocerte. Hoy celebramos no solo tu nacimiento, sino también la invaluable influencia que dejaste en nuestras vidas. Tus sabias palabras, tu calidez y tu amor incondicional siguen guiándome en cada paso que doy. Han cambiado muchísimo nuestras vidas desde que te marchaste.

Aunque las lágrimas brotan al recordarte, también sonrío al pensar en los hermosos momentos que compartí contigo. Tu espíritu vive en nuestros recuerdos y en el cariño que siempre te tendremos en nuestros corazones. Feliz cumpleaños en el cielo, querido abuelo. Siempre te extraño y cada día te amo más.

María Martín Titos con su abuelo el acuarelista y artista Juan Titos Santos

María Martín Titos con su abuelo el acuarelista y artista Juan Titos Santos

Juan Titos Santos con su mujer. Abuelos de la autora.

Juan Titos Santos con su mujer. Abuelos de la autora.

 

Pin It on Pinterest

Share This

Usamos cookies propias y de terceros que recogen datos de navegación. Si continúa navegando se considerará que acepta su uso. Más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar