Treinta y tres años a tu lado. Maravillosos años, llenos de amor, sabiduría, risa y saber vivir haciendo lo que te gusta. Hace treinta y cinco años de estas dos fotos. Eres el espejo donde cada día quiero mirarme.

Foto realizada por Juan Titos Santos a su nieta María Martín Titos
Recuerdo el sueño de esta madrugada. Curiosamente la de tu cumpleaños. Hoy 12 de agosto hubieras cumplido ochenta y ocho. Y me has dado la respuesta a la pregunta que llevaba semanas necesitando. Sólo tenía que escucharme para poder oírte. Tu recuerdo, tus consejos, esos momentos a tu lado minutos antes de dejarme para siempre. Tu recuerdo cada día hace que vea en mi veleta la dirección a seguir. En mi alma, en mi cabeza, en mis hijos, en mi casa, en mi abuela, en mi madre, en mi hermana, en el amanecer, en las noches de sueño, en los momentos duros, en los momentos felices, te veo y te siento. Ahora eres invisible, pero sigues ahí, a mi lado, en mi vida ayudándome como siempre. Abuelo y nieta unidos, bohemios artistas, creadores de historias, profundos, libres, almas gemelas. ¿Recuerdas abuelo nuestras llamadas de madrugada mientras escuchabas tu programa de radio? Mientras escribo estas líneas oigo tu canción favorita, la que cantábamos en el karaoke los dos, ¿te acuerdas? “Esta tarde vi llover” de Manzanero. Pues no puedo evitar llorar al ver que ya no estas tú, pero siento tu olor y calor, aquí y ahora. Vives en cada uno de nosotros, de tus hijos, tus nietos, biznietos y sobre todo de tu mujer, mi abuela. Contigo aprendí a conocer un mundo nuevo de ilusiones. Gracias abuelo. Te quiero con toda mi alma. Feliz cumpleaños abuelo.

Juan Titos Santos con su nieta María Martín Titos en brazos el día de su bautizo.
tu abuelo era mi jefe cuando tu naciste
yo era camarero de su restaurante
Hola Paco. No te recuerdo así sólo con un nombre. Pero me ha hecho mucha ilusión que me escribas en este post y que lo hayas leído. Mil gracias por acordarte de él y escribirme. Un abrazo
te recuerdo perfectamente a ti a tus padres, tio antonio tio pepe tia conchi tia amalia yus primos y abuela erminia y sobre todo a tu abuelo ya que tengo una acuarela que me regalo para mi boda encima del ordenador y la veo continuamente
Hola, trabajé en el restaurante de tu abuelo años 91/92. Aunque el trabajo era duro y salario bajo siempre he tenido un recuerdo agradable y a don Antonio un cariño especial, me trato con mucho cariño. Me gustaba ir a su taller de pintura en la misma calle del estanco a donde le compraba sus cigarros Kent. Varias veces nos llevó al chalet de Guejar Sierra a bañarnos el piscina y comernos unas papas a lo pobre. Siento mucho la pérdida.
yo fui el empleado que mas años trabajo en el restaurante y el que tu madre y tu abuela siempre querian que les hiciera el cafe y el que los viernes hacua la cocina para suplir al cocinero que libraba