Seleccionar página

Escuchando la banda sonora de “First Man” motivada y agradecida por todo lo aprendido en estas dos últimas semanas, voy consumiendo sorbo a sorbo mi infusión de jengibre. Mis dedos empiezan a teclear inspirados por una fuerza interior desmedida. Y así da comienzo mi carta a los 38.

Este año que dejo atrás he aprendido a cambiar la pregunta de por qué pasan las cosas a para qué pasan. Y es, en este instante, que escribo estas líneas, a solo unos minutos de darle la bienvenida un año nuevo con el que subiré un peldaño más de la escalera de la vida para conocer una nueva forma de afrontarla y entrenarla.

Comienzo este entrenamiento con motivación, entusiasmo y confianza para poder alcanzar otro nivel y vivir con pasión, con fe y rodeada de personas relevantes que no sólo me sumen, sino que me multipliquen en la vida.

La humildad sigue siendo mi bandera  porque ella me deja escuchar, aprender, ayudar y dejarme ayudar. Así es como la vida fluye ahora en mí. Con confianza, palabra clave con la que termino este año y gracias a esa confianza la vida me ha regalado personas maravillosas con las que voy a vivir unos 38 llenos de luz. Es aquí y ahora donde puedo encontrar la grandeza de mi alma, de mis sueños, de mis propósitos , de mis objetivos porque confío y desde hace 38 inviernos todo está conectado para mí.

No quiero verme como una gata sino como una leona con corazón de mariposa por la fe que tengo en mis posibilidades.

Quiero escribir cada día de este nuevo año enfocándome en lo realmente importante para que cuando llegue el final del mismo pueda plasmar en mi carta lo que decía Pablo Neruda: “Confieso que he vivido este año y no lo he visto pasar”

No voy a conformarme con vivir con ruido. Haré sonar mi música. Y para que sea posible voy a darme permiso para explorarme, quererme, ser compasiva conmigo, trabajaré disciplinadamente en este entrenamiento para llegar a lo más alto de la cima. Tendré que arriesgarme sabiendo que cada decisión tiene sus consecuencias pero que si no me arriesgo no lo sabré nunca. Me he grabado fuego la frase de  “Chi non risica non rosica”  y es que no yerra el águila que en sus intentos cayó, si no aquella que jamás lo intentó.

Le doy la bienvenida a mis 38 años junto a Antonio Machado y mi maestro y amigo Alejandro Oltra:

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

 

 

 

 

 

María Martín Titos.

 

Pin It on Pinterest

Share This

Usamos cookies propias y de terceros que recogen datos de navegación. Si continúa navegando se considerará que acepta su uso. Más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar