¿Alguna vez has sentido que tu vida necesita un cambio significativo? ¿Has experimentado ese momento en el que te haces preguntas existenciales sobre tu propósito en este vasto universo? Yo lo viví, y quiero co mpartir con vosotros mi experiencia sobre cómo el universo parece conspirar para ayudarnos a encontrar nuestro camino cuando más lo necesitamos.
Hace algo más de tres años, me encontré atrapada en una rutina que parecía llevarme a ninguna parte. Mi trabajo, aunque seguro y estable, no me llenaba de satisfacción ni significado. Empecé a cuestionar el propósito de mi vida y si había algo más grande que debía perseguir.
Fue entonces cuando decidí dar un salto de fe y dejar atrás la comodidad de mi zona de confort.
Fue entonces cuando tomé la decisión más difícil de mi vida: pedí el divorcio y renuncié a mi trabajo estable. Sabía que necesitaba espacio para explorar quién era realmente y que significaba para mí la vida. Fue un acto de valentía y desapego de las comodidades que me habían rodeado durante tanto tiempo. A medida que mi vida anterior se desvanecía en el espejo del retrovisor, comenzaron a emerger las piezas de un rompecabezas que tenía mucho tiempo guardado. Sin embargo, encontrar mi propósito no ha sido un proceso lineal ni fácil. Han sido años de introspección, aprendizaje y crecimiento personal. Pero lo más importante de todo ha sido y es el apoyo y la mentorización que recibí y recibo en el camino.
En el camino hacia la realización de nuestro propósito de vida, la figura de un mentor con valores sólidos es como un faro que nos guía a través de las tormentas y nos ayuda a iluminar nuestro propio camino. Pero la mentoría va más allá de la simple orientación; es una experiencia profunda que nos enseña a abrazar los desafíos, disfrutar de cada paso y convertirnos en versiones más auténticas de nosotros mismos.
Mi maestra, mi mentora y guía es Bisila Bokoko. También sumo a esta ecuación a mi pareja, a mis hijos y a compañeros de proyecto que han llegado a mi vida para enseñarme y aportarme lo que necesito para alcanzar mi maestría. Al cambiar yo, ha cambiado todo. Hasta mi familia de la que estaba más alejada ahora son mi principal apoyo. He alejado de mi vida a las personas tóxicas, he aprendido a no contaminarme, a protegerme y mantenerme en una vibración alta. Así podré apoyar, ayudar a otras personas como lo hacen conmigo.
¿Qué trabajo en mi mentorización?
- Enfrentar los reveses de la vida: La vida está llena de altibajos, y en momentos de adversidad es cuando más necesitamos la guía de un mentor. Un mentor con valores nos enseña a ver los reveses como oportunidades de crecimiento en lugar de obstáculos insuperables. Nos ayuda a mantenernos enfocados en nuestro propósito incluso cuando las cosas se vuelven difíciles.
- Disfrutar de cada paso: En nuestra búsqueda del propósito, es fácil obsesionarnos con el destino y olvidarnos de disfrutar el viaje. Un mentor nos recuerda la importancia de apreciar cada momento, de encontrar alegría en los pequeños logros y de cultivar gratitud por lo que ya tenemos.
- Mirar en mi interior: La mentoría no solo se trata de recibir consejos externos, sino de explorar nuestro propio interior. Un mentor nos ayuda a mirar hacia adentro, a comprender nuestros valores, fortalezas y debilidades. Esta introspección es fundamental para descubrir nuestro propósito más profundo.
- Aprender a protegerme: En un mundo lleno de distracciones y negatividad, un mentor nos enseña a protegernos emocionalmente. Nos guía en la construcción de límites saludables y nos ayuda a evitar la toxicidad que puede socavar nuestro camino hacia el propósito.
- Mantenerme limpia y en equilibrio: La integridad y el equilibrio son esenciales en el viaje hacia el propósito. Un mentor con valores nos inspira a mantenernos fieles a nosotros mismos, a actuar con ética y a equilibrar nuestras vidas para no perder de vista lo que realmente importa.
- Compartir la sabiduría: La mentoría es un proceso de dar y recibir. A medida que crecemos y aprendemos de nuestro mentor, también adquirimos la responsabilidad de compartir esa sabiduría con otros. Se trata de contribuir a una sociedad mejor transmitiendo lo que hemos aprendido.
- No juzgar y dar amor: A través del ejemplo de Bisila, he aprendido la importancia de no juzgar a los demás y de ofrecer amor y compasión en su lugar. Esta actitud de apertura y generosidad crea un espacio propicio para el crecimiento personal y las conexiones significativas.
- Liberar lo negativo: Bisila me ha mostrado cómo liberar el peso del resentimiento, la ira y el rencor, y en su lugar abrazar el amor y la gratitud. Esta práctica de soltar lo negativo me ha dado una sensación de ligereza y paz interior.
Soy una creyente en que cada uno de nosotros tiene un propósito en esta vida, y una mentorización con el mentor o mentora adecuada nos anima a prepararnos para cumplirlo al máximo. Su orientación y consejos prácticos me han dado las herramientas para avanzar hacia mi misión con confianza y determinación.
Para mí, La enigmática voz de Bisila tiene un poder curativo que trasciende las palabras. Cada conversación con ella es como una lección de vida que te nutre el alma y te llena de inspiración.
Sé que tengo una misión de vida grande e importante por cumplir, porque la vida me ha puesto a una gran mentora para prepararme a conciencia a lo que estoy destinada a ser y hacer.
Así que, si estás en busca de tu propósito o has encontrado el tuyo pero necesitas orientación, considera buscar un mentor con valores sólidos. Su influencia puede marcar la diferencia en tu vida y en la vida de aquellos a quienes tocarás con tu propio viaje hacia la realización. Recuerda, se trata de compartir, crecer y contribuir a una sociedad más iluminada y en equilibrio.
«Por unas alas fuertes y valientes para volar muy alto». María Martín Titos
